El calor veraniego a menudo suele producir un distanciamiento de las parejas en la cama, pudiendo provocar ciertas situaciones de tensión nocturna e incluso derivar en el traslado de uno de los dos a otra habitación. Sin embargo, está científicamente probado que el hecho de dormir en pareja tiene muchos beneficios para nuestra salud. Por ejemplo, un estudio del Centro de Psiquiatría Integrativa de Alemania ha demostrado que aumenta la fase REM de nuestro sueño, la más profunda. Esta fase, en la cual solemos soñar, contribuye al almacenamiento de recuerdos y al aprendizaje. Así pues, ¿cómo lo hacemos? Aquí tenéis cinco claves que os facilitaran las cosas para intentar dormir bien en pareja. ¡Sí, se puede!:
En este particular aspecto, un buen colchón es el que os garantizará una buena independencia de lechos, la adaptabilidad a cada cuerpo y con una buena regulación térmica (que no acumule el calor). La vida es mejor compartirla pero cada uno debe tener su espacio. Dormir en un mismo colchón puede ser muy molesto si no se reúne alguna de estas condiciones. Hay parejas que optan por dos colchones individuales juntos, lo cual facilita todavía más la independencia de lechos. También es fundamental tener almohada propia.
Aunque nuestra termoregulación corporal es única, se dice que los hombres tienden a tener más calor que las mujeres. Sin embargo según los expertos ellas perciben las temperaturas frías más bajas que los hombres y más altas las temperaturas cálidas. Al compartir el mismo espacio debemos encontrar un equilibrio con nuestra pareja para tener una habitación con una temperatura agradable para ambos.
A menudo, el ajetreo diario familiar o laboral no permite disponer de una comunicación en pareja adecuada. Por ello, antes de dormir es bueno relajarse, charlar y compartir experiencias con nuestra pareja en un entorno tranquilo e íntimo. Además, un dicho popular afirma que “los problemas se arreglan antes de ir a dormir”. Sí, probablemente estemos cansados, pero debemos tener un último momento para él o ella y para nosotros mismos.
Sí, aunque pueda sonar a tópico, el sexo es un gran aliado para el descanso y para el sueño. Al parecer está científicamente probado: el orgasmo ayuda a dormir mejor porque libera grandes cantidades de oxitocina y otras hormonas. Sin embargo, si miramos las estadísticas, la gente cada vez practica menos sexo y tiende a aislarse más en las redes sociales y viendo series. Hay que combatir esta recesión sexual.
La gran mayoría de la población se mueve cuando duerme (incluso sin ser consciente de ello), pero lo cierto es que demasiado movimiento, además de irritar a nuestra pareja, puede ser una señal de alerta. Puede significar estrés, ansiedad, mala circulación… En este sentido es recomendable que nuestra pareja nos explique nuestro comportamiento al dormir y si hay señales extrañas consultemos al médico. Disfruta del verano y descansa.
Recuerda que "Volver a soñar" #escosadetodos. Sonpura. Pasión por el descanso.
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